ni a querer un poco a este corazón.
Es que quiero un minuto de eternidad
y contemplarlo solamente a tu lado.
Lejos, en la alborada,
donde el tiempo se evapora
y los pensamientos se pierden en la nada.
Un minuto de tu esencia,
de ese bello amanecer en tus ojos
y el brillante resplandor de tu alma.
No puedo obligarte a amarme,
sólo puedo pedir a Dios que te guarde.