Hoy hasta el cielo llora de alegría al tenerla consigo y festejarla como una reina.
El paraíso se engalana con su frescura y sus maravillosas danzas eternas.
Mientras, aquí en el plano mundano, se siente al recordarla y extrañarla.
Porque sin ella la vida no basta.
Sin ella el corazón calla.
Pero estando ella en el alma.
Los ángeles bajan y cantan.
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